
Bisfenol A en el papel térmico: ¿debo preocuparme?
El bisfenol A o BPA es una sustancia química que se emplea desde hace décadas en la elaboración de plásticos duros pero ligeros, y se ha venido utilizando en la creación de envases de alimentos y bebidas, pinturas, cristales de gafas y muchos otros objetos cotidianos. Estudios recientes han revelado que una exposición muy alta a este compuesto puede tener efectos perjudiciales para la salud. ¿Pero deberíamos preocuparnos por el BPA?
¿Qué es el bisfenol A o BPA?
El bisfenol A, más conocido por su abreviatura BPA, es un compuesto orgánico utilizado mayoritariamente en la fabricación de objetos de plástico de uso cotidiano. Podemos encontrarlo en productos como biberones o botellas de agua, CDs, electrodomésticos, o en cualquier objeto que utilice resina epoxi con bisfenol A, como el recubrimiento de casi todas las latas de comida y bebida. Además de en estos objetos domésticos, el BPA es un revelador de color para el papel térmico. Esta sustancia, en grandes concentraciones, puede resultar perjudicial para la salud.
Además de los efectos para la salud, el bisfenol A tiene consecuencias negativas para el medio ambiente, ya que al reciclar este tipo de papeles el BPA se libera y puede contaminar el resto del proceso de reciclaje.
¿Cuál es la relación entre el BPA y los dispositivos de impresión?
El uso del bisfenol A no se limita solo a productos plásticos, sino que también forma parte de la composición del revelador del papel térmico. Este tipo de papel es el que se utiliza generalmente en los tickets de la compra, los cajeros automáticos, algunas máquinas de fax o ciertos tipos de etiquetas.
Utilizo rollos de papel térmico: ¿debo preocuparme por el Bisfenol A?
El problema principal no afecta tanto a los consumidores como a los profesionales. Un contacto esporádico con esta sustancia, en pequeñas concentraciones, no debería suponer un problema. Sin embargo, hay profesionales que por su trabajo están mucho más expuestos a esta sustancia, por ejemplo, con tickets de supermercado, hospitales o fábricas. Para estas personas que se exponen a concentraciones mayores, sí que puede resultar problemático.
El uso de bisfenol A es actualmente legal a nivel europeo, pero los papeles con concentraciones de BPA superior al 0.1% del peso total deben incluir instrucciones especiales para su manipulación. El problema es que estas instrucciones y advertencias no suelen llegar a las personas que trabajan con él.
En el mercado hay distintos tipos de papel térmico. Aquellos consumibles con concentraciones de BPA inferiores al 0.1% del peso total no necesitan ir acompañados de estas advertencias de seguridad.
En pro de la seguridad del usuario, se prevé que la legislación limite, a partir de enero de 2020, la concentración de bisfenol, que no podrá superar en ningún caso el 0.02% de la masa total.
Las conclusiones son claras: el Bisfenol A puede afectar a la salud y la única forma de evitar los daños es no estar expuestos a él de forma intensa y continua. Sin embargo, los peligros para la salud dependen del nivel de exposición, con lo que si bien es muy difícil en la actualidad no entrar en contacto con esta sustancia sí es posible reducir el nivel de exposición mediante el uso de productos, como los rollos de papel térmico, con concentraciones mucho más bajas disponibles en el mercado.